noviembre 08, 2017 5 Minutos de Lectura

21 de Octubre: IRONMAN 70.3 Coquimbo. Segundo lugar de la categoría, décimo lugar de la general de mujeres. Uno lee esto y dice…te fue bien! Pero la verdad es otra. Mi desempeño fue lejos de lo esperado tanto por mí, mi entrenador y la gente cercana que me conoce y sabe todo lo que entreno. ¿Qué pasó?...la verdad aún no logro poner el dedo sobre una sola razón, pero supongo que cuando uno tiene un mal día son por que varias razones se conjugan en un solo momento.

Quizás lo único relativamente bueno, fue el nado en donde en un circuito que me marcó 2100 metros, por fin pude nadar derecho en aguas abiertas. Pero tanto la bici como el trote…uff paupérrimo queda chico haha. Si bien la bici era un circuito DURÍSIMO, en donde todos hicimos más tiempo de lo que esperábamos, claramente mi poca habilidad para bajar me jugo en contra. Subiendo pasaba y pasaba personas como si nada, pero en las bajadas TODOS me pasaban a mango, una ventaja que hace que todo lo que ganas subiendo, lo pierdas rápidamente. En conjunto con esto, me equivoque de caramagiola, y comí dos geles menos de lo que debía; sumando el tiempo extra que no tenía presupuestado hacer, una porque pedalee pésimo y dos porque eran más kilómetros, creo que me bajé con un déficit alimenticio a correr.

El bajarme a correr a pillar y recuperar tiempo, es algo que ya es costumbre en mí y que la verdad me gusta…si bien con el tiempo ya cada vez es menos el tiempo que tengo que recuperar, ya que he ido mejorando el nado y la bici, en esta carrera claramente tendría que correr con todo para poder hacer algo digno. Primer giro, perfecto…3 segundos más rápido que mi pace estimado, segundo giro, empecé a sentir HAMBRE. Nunca antes me había pasado eso en una carrera, un vació en el estómago y a la vez ganas de vomitar…saqué un gel rápidamente y me lo comí…pero dentro de mi ya sabía que era demasiado tarde. Seguí corriendo pero cada vez me costaba más, sentía que la velocidad se iba de mis piernas y por más que quería ponerle no iba más rápido. Ya en el tercer giro, es cuando todos los pensamientos negativos empezaron a aparecer…miraba el reloj y veía el tiempo y dentro de mi sentía entre rabia y pena…ya que había entrenado meses y meses para esta carrera… “¿por qué hago esto…?” “¿tal vez debería dedicarme solo a correr” etc etc… Finalmente, el trote se convirtió en una tortura, la cual se alargó aún más porque fueron 23K. Mi nueva meta era tratar de ganar la categoría por lo menos, pero la verdad es que estaba presente una TREMENDA ciclista, Adele Plunkett, tremenda amiga y compañera de equipo también, que me sacó mucha ventaja en la bici, y yo al final solo pude recortar el tiempo.

Cuando cruce la meta, lo primero que hice fue llorar…pero no eran lágrimas era LLANTO…de ese que no puedes controlar porque no sabes ni de dónde viene. La gente se acercaba y yo los alejaba a todos, así que perdón si fue pesada con alguien y no me di cuenta. Pensaba en todo lo que había entrenado, sobre todo la bici…y como nada de eso se veía reflejado pero ni cerca en mi resultado.

Si bien cuando jugaba tenis, tuve hartos momentos de frustración, yo creo que nada me había llegado como esto.  Es aquí cuando ese pilar que se llama amistad, toma un rol fundamental. Y no me refiero a que uno quiera escuchar…”animoo Chica, si tampoco te fue tan mal” … lo que uno necesita son esos amigos que te dicen la verdad por mucho que duela, pero que a la vez están ahí para apoyarte y hacer que a ratos se te olvide lo mal que te estás sintiendo.

Jorge Urra:

Yo: Estoy deprimida George… lo que me tiene más mal, es que corrí mal…eso me rompió el corazón.

Jorge: Sii te entiendo, pero piensa en cuanto has avanzado en el nado y en la bici (sin contar Coquimbo haha), quizás si te dedicaras solo a correr serías muy buena, pero estamos en los 3 deportes y no podemos ser los mejores solo en uno. Tienes que aprender a lidiar con la frustración ya que eso será parte de toda tu carrera deportiva.

Gus Echeverría:

Yo: Cada vez que empiezo a recordar la carrera…me dan ganas de llorar.

Gus: Es que no era lo que esperabas…Yo tampoco esperaba eso de ti en verdad (Ouch!!...eso me dolió)

Yo: Igual yo nunca me he creído el cuento, tengo muy claro cuál es mi nivel en este momento…pero si esperaba más de mi en esta carrera.

Gus: Esta bien…te levantarás, harás cambios y listo. Las decepciones a veces dejan más que los éxitos, los cuales te ciegan.

Nacho Valdivieso

Yo: Tengo pena y rabia…

 Nacho: Dos sentimientos que no te llevarán a ningún lado.Tómalos, vívelos and move on.

 Thomas Wulf:

Yo: Cuando cruce la meta, lloré… no podía parar.

Thomas: Esta muy bien eso…significa que esto te importa de verdad.

Después de competir siempre vienen unos días de descanso, los cuales yo siempre he odiado por que nunca quiero parar de entrenar. Pero esta vez, no se me hicieron eternos, ya que las ganas de entrenar por primera vez en tres años no estaban en mi…y por un momento pensé…ooh quizás por ser una obsesiva y darle y darle…he matado esto que amo. Pero un par de días después, fui a nadar sola, y a la primera brazada recordé porque me gusta tanto nadar aunque este LEJOS de ser Michael Phelps. Al día siguiente me subí a la bici…y ahí estaba esa inmensa alegría que me da mover los pedales. ¿Por qué no me dedico solo a correr?... si bien es algo que realmente amo y que tiene y siempre tendrá un lugar especial en mi corazón…no siento lo mismo cuando solo corro, a cuando corro después de bajarme de la bici. Cuando me bajo de la bici, me saco los zapatos de ciclismo, me pongo mis zapatillas y mi vicera… y salgo a correr…cuando corro ahí…siento fuego. Es una adrenalina que no se puede comparar con nada que haya sentido antes.

¿Por qué competimos? ¿Por qué llevamos nuestro cuerpo al límite y dolor? …claramente no es porque durante el recorrido se sienta bien en un nivel físico. Yo creo que es porque al final de ese camino hay una luz, y llegar a esa luz es lo que define lo que somos capaces de hacer. Yo siempre he sabido que el éxito no viene sin derrotas… es normal tener carreras buenas y carreras malas…pero cuando uno tiene las malas, uff que duele, pero como bien dijo Gus…las derrotas son las que más te dejan. Y al final del día “The one who gives more when it hurts…gets more when it´s over”

Por: Chica Padilla


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