agosto 02, 2017 5 Minutos de Lectura 1 Comentario

El triatlón tiene su cuota de obsesión y adicción, casi todas los triatletas que conozco, y que se mantienen entrenando, indican que no pueden dejar de realizar una sesión de su plan y que si lo hacen se quedan con una sensación de culpa. La lucha por sacar los entrenamientos y no enfermarse o lesionarse es constante. La recuperación entre sesiones se vuelve un algoritmo en búsqueda de hacer coincidir el trabajo, la familia, los amigos, otras sesiones de entrenamiento y descanso, incluyendo cumplir con las horas de sueño necesarias. El problema se acentúa cuando la fórmula se desajusta por diferentes motivos, como cambios laborales o crecimiento de la familia y pasamos de entrenar en equipo, a hacerlo a distancia o bien hacer una mezcla de ellos para lograr encontrar el equilibrio. La búsqueda de la semana a semana en verde (para quienes usan el Training Peaks) se hace una batalla diaria.

Entrenar en equipo y a distancia tiene sus pros y contras y les mostraré un paragón en términos generales y por disciplina desde mi experiencia.

NATACIÓN:para quienes comenzaron a nadar de adulto, nadar en solitario resulta muy difícil, ya que, para mí, es la disciplina más técnica y puede que empeores tus tiempos más que mejorarlos. La natación en solitario sirve, además del trabajo cardiovascular, para acumular metros. Pero para mejorar en velocidad, entrenar en grupo y con entrenador es fundamental. En equipo se puede ganar mucho observando e imitando la frecuencia de brazadas y pateo, la extensión y deslizamiento junto al apoyo en las correcciones del profesor y el trabajo de drills. Aunque éste último sea tedioso, realmente ayuda a mejorar nuestra técnica. Nadar “chupado” atrás de alguien rápido, tratando de mantener el ritmo, es un trabajo que favorece nuestro rendimiento.

A su vez, para quienes nadaron de niños, entrenar en solitario se les hace mucho más fácil, ya que tienen la técnica y acumular metraje es un gran beneficio.

CICLISMO:acá debemos separar en dos la disciplina: los rodillos y los ciclismos en calle.

El trabajo en rodillo en solitario, a mi parecer, es el que más te ayuda a sacar voluntad y temple, ya que es uno de los entrenamientos más ásperos. Al comienzo de mi etapa de triatleta, eran totalmente detestables, pero descubrí el punto fundamental como parte de la rutina y eso es lo que se debe buscar: que el rodillo no sea un agente de deserción. Muchos triatletas o ciclistas tienen sus propias herramientas para hacer más amena la sesión, desde las más básicas, como sacar la bici a la terraza, poner música e incluso pasar a otras más sofisticadas como usar los videos de Youtube de entrenamiento en ruta o simuladores de rodillo tales como Bkool, Zwift o Kinomap Trainer. En mi caso, por el momento, no necesito mucho, sólo mi reloj y ganar la batalla de vestirme y comenzar a pedalear. Ésta la estoy ganando fácilmente sin darme espacio para pensar, sólo actuar.

Existen las sesiones de rodillos presenciales en grupo, similares a clases de spinning, en que las instrucciones son entregadas en vivo y en directo por el profesor, haciendo del entrenamiento una sesión grata, dado que no estamos solos y que con el único hecho de escuchar a otros, se provoca una sensación muy diferente que logra energizar a todos.

El ciclismo de calle es similar a la natación, ya que se aprende mucho de los más experimentados. Observar la cadencia, la forma de pedalear, las relaciones y desarrollos se conocen en la ruta. Así mismo, se asimila el lenguaje no verbal del ciclismo, la comunicación entre ciclistas, para evitar accidentes, por ejemplo, va fortaleciendo los lazos y por ello se genera una relación, una confianza… camaradería. El hecho de trabajar juntos, donde los más fuertes acogen al más débil, el apoyo en pinchazos, alimentos, agua y la reunión post fondo es muy enriquecedor. El ciclismo en calle y en grupo entrega más seguridad también para los deportistas, ya que estamos expuestos a los riesgos de accidentes.

TROTE:desde mi punto de vista, es el más amigable para poder entrenar solo y tener esas conversaciones privadas en tu mente donde solucionas problemas, generas buenas ideas y te limpias de malas emociones y recargas de energías, pero ¡ojo! que también pueden aparecer pensamientos negativos y cuestionamientos, pero que al apagar tu crono, en general, ya se han ido… hay que trabajar para que sólo quede lo bueno.

Por otra parte, los fondos con un partner siempre son bienvenidos, ya que la ayuda es mutua. Hay veces que uno está bien y otras que no y, en momentos como este, al menos se pueden ir conversando o tan sólo con la compañía basta. De una buena conversación en un trote aérobico nacen grandes lazos. Estas instancias de compañerismo se valoran y agradecen muchísimo, ya que son una fuente importante de energía y nos motivan para seguir adelante.

En la pista el trabajo en grupo genera beneficios para mejorar los ritmos de trote. Puedes pasar de ser “la cabeza del ratón a la cola de león” y mejorar sesión a sesión muchísimo. Esto debido a que la masa “tira” las repeticiones, buscas sacar una serie buena del grupo o porque los demás te van alentando a sacar buenas repeticiones. La pista en equipo se hace mucho más fácil, ya que la lucha por ir a entrenar se aliviana al tener el compromiso con el profesor y los compañeros, conversar y distraerse de los problemas cotidianos y, sin lugar a dudas, las risas son la mejor terapia.

Entrenar en una pista, como la del colegio Manquehue, donde la instalación es de primera categoría o en la piscina del Stadio Italiano, por ejemplo, compartiendo no sólo con tu equipo, sino con otros, aprovechando de organizar futuras carreras en conjunto, puede llegar a ser muy entretenido para todos. La trasferencia de información para la planificación, escuchar y compartir experiencias, hacer grupos para proyectar una carrera en el extranjero… todo esto se puede generar y las posibilidades y proyecciones son muchísimas.

Si bien es cierto, como he descrito, el triatlón es un deporte individual y requiere preparación, kilómetros y más y, por lo mismo, algunas de las características fundamentales para sacar los entrenamientos en solitario son la flexibilidad y ser tu propio administrador de tus entrenos. En este punto, el acumular kilómetros pasa a segundo plano, ya que mejorar nuestra voluntad y temple son virtudes necesarias para los largos, fondos y las carreras. Entrenar en compañía entrega una experiencia y relaciones humanas que aportar a nuestro rendimiento, desempeño y al propio ser. Siempre tendremos que sacar alguna sesión en solitario para estar en zona verde y ganar la batalla de salir solo, ya que… en carrera “se lucha solo”.

Como reflexión final, dejo una frase que resume esto último: “Y hubo un día que comprendí que mi único enemigo era yo mismo. Ese día fue cuando empecé a ganar todas las batallas” (anónimo).


Por: Francesca Braghetto

 


1 Respuesta

Mario becerra
Mario becerra

agosto 02, 2017

Muy bueno Felicitaciones

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